Como bien lo definió Billy Wilder en el film ‘Sunset Boulevard’ el hotel Chateau Marmont es ‘el crepúsculo de los dioses’.
Exclusivo y mítico, glorioso y romántico hotel elevado en West Hollywood, en el 8221 de Sunset Boulevard desde 1929.
63 habitaciones, la 64 estuvo reservada a el magnate Howard Hughes por sus ‘fisgonas‘ vistas de la piscina, hoy la favorita de Bono de U2.
Una ovalada piscina climatizada rodeada de vegetación, sombrillas y hamacas retro a la que se accede través de una puerta secreta oculta entre sus jardines, terrazas y su fabuloso patio, donde poder picar cocina fresca de mercado bajo la batuta del chef ejecutivo Dean Yasharian.
Atrás quedaron los recuerdos imborrables en la memoria de muchos del bar Marmont que cerró en 2017.
En 2018 abriría un emplazamiento adyacente al este, el restaurante Chateau Hanare, con Reika Alexander al mando, el rey de la brasserie japonesa de New York.
Hotel boutique y residencia de corto o largo plazo, habitaciones-apartamentos que incluyen cocina desde los Juegos Olímpicos de Verano de Los Ángeles de 1932.
Durante la Segunda Guerra Mundial fue refugio para residentes vecinos y ha sobrevivido a todos los grandes terremotos del S.XX.
En 1976 fue nombrado Monumento Histórico Cultural de Los Ángeles.
Quizá se su apariencia de castillo gótico, inspirada en el Château d’Amboise en El Valle de Loira, diseñado por los arquitectos Arnold A. Weitzman y William Douglas Lee, su atmósfera tranquila y su respeto privado, consiguió que fuese el lugar predilecto de grandes celebridades. De hecho es conocido por su política de ‘No Photos/ No Social’.
Aunque muchas veces calificando de decadente o desaliñado, solitario y aburrido, ha ido cambiando de propietarios y muchas de sus estancias han ido siendo renovadas. Por suerte, conserva su gran e icónico cartel en rojo a la entrada. Según lo ves sabes que hay mucho que ver detrás, un lugar que guarda un encanto único y especial, porque lleva historia, porque tiene solera, porque destila emoción.
Muchas son las anécdotas que guarda el Marmont. Greta Garbo vivió en él temporadas largas, fue parada obligatoria de John Lennon, Jim Morrison o Elisabeth Taylor, James Dean se colaría por una de sus ventanas para llegar al casting de ‘Rebelde sin causa’, comentadas fueron las orgías de Dennis Cooper o las carreras en Harley de los miembros de Led Zeppelin por su vestíbulo, sus paredes fueron testigos de los encuentros amorosos de Clark Gable y Jean Harlow, se sabe que el fotógrafo Helmut Newton estampó su coche en los exteriores del Hotel y John Belushi perdió tristemente la vida en el 82.
Se dice que Johnny Deep y Kate Moss dieron rienda suelta a su pasión en cada una de las habitaciones del Marmont y que a Lindsay Lohan le prohibieron la entrada después de dejar una gran suma a pagar.
Una parada en el destino de ‘personas que suben y bajan’, de romances y affaires, de fiestas secretas, líos, borracheras y peleas.
Como expresaría Harry Cohn, fundador de Columbia Pictures, ‘si vas a meterte en problemas, hazlo siempre en Chateau Marmont’.
Artistas, escritores, músicos y cineastas se inspiraron en el gran Marmont. Terry Richardson, Bruce Weber o Annie Leibovitz lo eligieron como escenario de sus fotografías, Lana del Rey o Courtney Love de sus canciones, Sofia Coppola, Tim Burton o Quentin Tarantino de sus películas y Jork Weismann le dedicó el libro ‘Durmiendo en el Chateau’.
CHATEAU MARMONT, ‘Always a safe haven, always open’.
CRÉDITOS. TIMELESS.
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