SLIM AARONS. Manhattan, 1916. Montrose, New York. 2006.
Alguien que ve de cerca la guerra sólo quiere ver después próxima la paz.
Algo que debió ocurrirle a Slim Aarons cuando fue destinado como reportero de combate en la Segunda Guerra Mundial, a su vuelta sólo quiso ser cronista de sociedad, de tiempos calmos, de alegrias y celebraciones, de vida y nunca más de muerte.
Su obra ante todo respira serenidad, tranquilidad, diversión, amplia belleza.
Lugares soñados, destinos vacacionales, retiros exclusivos y ‘gente hermosa’.
Una vida sofisticada y elitista, la alta sociedad europea y americana desde los años 50 hasta fin de los 70, la aristocracia y la jet set, los intelectuales y los artistas, las celebridades del mundo del cine como James Stewart, Van Heflin, Clark Gable o Gary Cooper, ‘los reyes de Hollywood‘.
De hecho se sabe que Alfred Hitchcock se inspiró en su figura para el personaje de James Stewart en ’La ventana indiscreta’.
La Riviera francesa, la Costa Azul. La Riviera italiana, El Caribe y Acapulco, Palm Beach, Beverly Hills y Coachella, Park Avenue, Kenia, Roma o la estación de invierno suizo Gstaad, son algunos de los lugares que Aaron recorrió con su objetivo.
Como el mismo llegó a expresar ‘Gente atractiva haciendo cosas atractivas en sitios atractivos’.
Un lujo accesible a su mirada, una existencia de glamour expuesto y poder permitido, una estampa veraniega deseable, una atmósfera estimulante.
De ojo rápido y atento a la escena presente, en formato panorámico, en plano picado o retrato próximo.
Saber acercarse a la intimidad sin ser molesto, un educado voyeaur con discreto atrevimiento.
Escenas de encuentro y celebración, cócteles y fiestas, lugares de descanso y tiempo de cuidado personal, siempre bañados por la luz solar, vibrantes colores y cuidados encuadres.
En piscinas y océanos, acostados en amacas y colchonetas, cubiertos con sombrillas. En playas y estaciones de ski, en mansiones y residencias de lujo, con ricos manjares, bebidas espirituosas y juegos de mesa.
Sujetos acompañados de sus familias, sus colegas y amigos, sus perros y caballos, sus coches clásicos y barcos.
Y la naturaleza siempre como escenario de auténtica y exclusiva belleza. Sus aguas cristalinas, sus rocas y acantilados, sus jardines, sus palmeras y sus flores.
La nieve, el ocio blanco, el deporte de invierno deluxe y el après-ski donde pasear el estatus social con una buena copa de champagne al sol de la tumbona entre bellas montañas nevadas.
Hermosas mujeres solitarias en sus inmensos, paradisíacos y lujosos destinos, independientes, sugerentes y seductoras.
Su trabajo se publicó en grandes editoriales como Harper’s Bazaar, Vogue o Travel & Leisure, y quedó reflejado en fabulosos libros y evocadores documentales.
Slim Aarons, cualquier otro mundo es posible a su mirada.
CREDITS. SLIM AARONS.
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